La familia Pagalday carece de brillos históricos y no cabrían jactancias aristocráticas, contradictorias de la llaneza proverbial de los mayores.
Constituyeron estos una prosapia vascuence cuyos fundadores contaron entre los antiguos pobladores de Guipúzcoa, la evolución de los tiempo les condujo al cultivo de la tierra, pero era esta la suya propia herencia varias veces centenaria gracias al fuero de troncalidad, y en cuyo centro se alzaba el caserío que lleva su nombre.
El derecho a la hidalguía les era ingénito, porque estaba vinculado a la propiedad y a su condición solariega, remonta nuestra familia a sus eslabones hasta la oscura simiente primitiva sin que ninguno de ellos acuse primacías ni presente relieves en el plano uniforme de su modestia.
Fueron en su momento hombres de guerra que ganaron sus escudos defendiendo su patria vasca, fuertes cazadores del jabalí y del oso que poblaban sus bosques de hayas, su calidad fundamental fue su recia independencia de carácter, nunca doblaron las vértebras ni formaron parte de rebaños humanos, fueron sus vidas, simples, dignas y muchas veces solitarias en sus apartadas viviendas solariegas
El medioevo debió conocerla armada y huraña arribada a los amparos de su peños de Aritozorroz (Peña Aguda) en el valle de Lenitz en el confin sudoeste de Guipúzcoa guardando sus ganados con mastines de presa, castillada en su fe primitiva de Astarté, oyendo a los viejos relatar en su lenguaje (euskalduna) la odisea de sus choques contra la media luna sarracena que figura en su escudo.
Su historia inicial esta oculta en el anonimato de los tiempos
En su legendaria tierra jamás se escondió el sol de la libertad y mordieron el polvo de las derrotas las famosas legiones de Carlomagno y las impetuosas caballerías del musulmán.
No hay comentarios:
Publicar un comentario